De nuevo decepcionan

Hoy, día después de la derrota del Barcelona en Copa del Rey frente al Valencia, no pretendo ahondar en la crítica unánime que la prensa hace hoy del equipo de Rijkaard, sino que voy a intentar mirar hacia el futuro. Está claro que el futuro del equipo pasa por una renovación a fondo. El crack ya no es tal, Ronaldinho no tiene hueco en el Barça, ahora bien, no se puede dejar al equipo sin líder, y pese a que Messi es uno de los mejores, sino el mejor jugador del mundo, sería deseable que el equipo buscase un puntal, un jugador de referencia, de esos que desatascan los partidos imposibles, que remontan los partidos perdidos y que ellos solitos contagian a todo el equipo con su magia. Vamos, lo que era Ronaldinho pero parece que no quiere volver a ser. El centro del campo es una línea débil. Siendo Toure un fichaje increíble, hay que meter más músculo en la medular (más músculo no significa bajar calidad). Deco ha acabado su ciclo y si el equipo quiere brillantez tiene que incorporar dos futbolistas de primer nivel que aporten competitividad y fluidez al equipo.
Y por último en la defensa, aunque hay buenas bases, se hace necesaria una incorporación en el lateral derecho y sustituir a Thuram a final de temporada con un central de primerísimo nivel, que no estaría mal que fuesen dos. Centrales de totales garantías, no suplentes, sino jugadores preparados para ser titulares en cualquier partido con el mejor equipo del mundo.
Como corolario, hay que referirse al entrenador. Rijkaard ya no tiene hambre, ganas, sangre, etc.
Sólo supo manejar a un equipo en el que todos los jugadores estaban en su mejor momento deportivo. Es un gran psicólogo en momentos de grandeza, pero ahora se antoja necesario un hombre capaz de gestionar un momento de crisis y de renovación, y Frank parece más anclado en el pasado que con fuerza de encarar el futuro.
Que haya suerte, porque los culés la necesitamos.