Primer mes

En sintaxis incorrecta hemos llegado al primer mes desde que hemos puesto el contador y hemos comenzado con las actualizaciones, no diarias pero sí frecuentes. Los resultados son 30 entradas en un mes, y 800 visitas superadas. Desde sintaxis incorrecta pensamos que no está nada mal y damos las gracias a todos los que cada día haceis posible que sigamos publicando con vuestras visitas.

Venganza III

Aquel mismo día recogió todas sus cosas y se fue, no sabía donde, y huir nunca había sido su estilo, pero sabía que si algo más la tocaba, la miraba… se rompería, no en dos, ni en tres sino en mil partes diminutas e irreconstruibles. Lo poco que quedaba de ella tenía que alejarse de toda aquella pesadilla.

La educación de la Juani

Sé que los lectores estarían esperando una nueva parte de Venganza, de Elisabeth Darcy, y que se sentirán decepcionados por el hecho de que sea de nuevo el pedante de Andre Louis el que toma el mando y escribe el post de hoy, pero así de dura es la vida señoras y señores. Con lo que, sin más dilación, me dispongo a contarles mi mañana de hoy. Caminaba yo tranquila y despreocupadamente por la zona vieja de una preciosa ciudad española (permítanme que la oculte por aquello del anonimato) cuando, sin previo aviso y sin concederme cuartel, me asaltaron unos raudos e intrépidos jóvenes, ataviados todos ellos con chubasqueros corporativos, que parecían enloquecidos ante la posibilidad de que, pobre de mí, pudiese quedarme sin la pertinente información del día, suministrándome unos cuarenta y cinco periódicos gratuitos, aproximadamente. Permítanme ciertas licencias hiperbólicas.
El caso es que, cual es mi sorpresa cuando, ojeando uno de estos magníficos folletines, veo una pequeña noticia, una entrevista a un director de cine y auténtico artista, a la par que intelectual, llamado Bigas Luna, seguramente conocido por muchos de ustedes. Ya saben, el director de peliculones como su último film, Yo soy la Juani, o clásicos ya de nuestra historia, como las premiadas Jamón Jamón o La teta y la luna. Todo un elegido, como ven, les prometo que no les miento. Bueno, pues una vez que les he puesto en antecedentes, y rogándoles disculpen mis molestias, les comento el clarividente, visionario, profético e ilustrado comentario de este artista con mayúsculas. "Los analfabetos del s. XXI serán los que no sepan explicarse con imágenes." ¡Sí señor! ¡Un aplauso coño! Estos dos últimos exabruptos fueron los que me vinieron a la cabeza en cuanto leí la cita que les acabo de transcribir. A golpe de 9:00 de la mañana. Seamos sinceros, esto explica muchas cosas. No en vano somos el país europeo con mayor índice de fracaso escolar y el informe Pisa nos hace eso literalmente. ¿Cómo no nos habíamos dado cuenta? ¡si el problema era que no les estamos enseñando a los niños a expresarse con imágenes! Disculpen, ni siquiera cita expresarse, a explicarse dice este erudito del s. XXI. Del XXII si me descuido. Esto confirma que la línea seguida por los gobiernos en educación en los últimos veinte años en lo tocante en cargarse de un plumazo las humanidades de los planos de estudios era la correcta. Nada de literatura, que importa quien sea Dumas, Sabatini, Dostoievski, Galdós. La historia mejor resumirla en un par de páginas, al fin y al cabo, somos la sociedad del futuro ¿no?. El problema es que ese mismo futuro no estaba en atiborrar a nuestros pequeños de clases de tecnología, sino en meterles imágenes por un tubo!! Cómo no se habrán dado cuenta antes. Estando el señor Bigas Luna tan cerca cómo nadie le hizo caso, por favor. En fin, a veces echándole un ojo a pequeñas entrevistas, te haces una idea del porqué de los incomprensibles grandes titulares.

Breve crítica

Tiempo llevaba ya sin escribir aquí. Poco o mucho eso es algo que dejo que lo juzguen los demás. Supongo que muchos para unos pocos, y poco para unos muchos. Pero lejos de sentarme delante de este portátil para hacer juegos de palabras sin excesivo sentido, pretendía compartir con los que lean la presente una serie de cosas. La primera, he leído El asombroso viaje de Pomponio Flato de Eduardo Mendoza, y, como a pesar de carecer del rigor y los conocimientos necesarios para hacer una crítica literaria de calidad, Internet me brinda la oportunidad de soltar mis pensamientos y reflexiones alegremente, pues ejerzo mi derecho. La novela, que sin duda alguna no es la mejor del autor, es sin embargo un ejercicio de diversión interesante para cualquiera que quiera pasar un rato entretenido, alejado de preocupaciones, de libros complicados en los que el mensaje o la presunta realidad o verdad absoluta que pretenden mostrar acaba agotando la cabeza del lector que simplemente busca un momento de asueto. Con su habitual calidad lingüística, y transformando el humor típico de alguna de sus novelas en una sátira aguda y punzante, el novelista conforma un relato ameno, que engancha al lector desde la primera página por la facilidad con la que se pasan las páginas al leerlo. Sin más termino esta breve reseña, y animo a todos los que hayan leído el libro a que comenten su opinión. PS.

22

Hoy llevamos 22 entradas, os parecerá extraño, pero para mi este número posee especiales connotaciones. El 22 es un número mágico para mi, y el más bonito de todos ellos. Pero tranquilos, no se quedará aquí la cosa, habrá muchísimas 22 entradas más. Gracias André Louis por hacerlas posibles.

Vengaza (Parte 2)

Cuando llegó a casa se desnudó y cayó rendida en cama de puro agotamiento.
Llegó el día siguiente y el otro, y el otro, los días se sucedieron sin que la tristeza desapareciera. Cada mañana seguía un ritual: se despertaba, llenaba una copa con leche y salía al balcón mientras contemplaba como la mañana pasaba. Las nubes se movían al son de un viento que curiosamente había perdido toda la fuerza, tal y como le pasaba a Lucía. Cuando se cansaba de esperar, cogía la carpeta y se dirigía de nuevo al juzgado, pero nunca consiguió traspasar esas puertas. Paseaba hasta que llegaba la noche y se quedaba tirada en cama, sin comer, sin hablar, y casi sin respirar.

Una mañana, cuando salió al balcón se fijó en que alguien dejaba una carta, llevaba el uniforme de correos, pero no era la señora Martín la que lo dejaba, sino un hombre de mediana edad, con el pelo entrado en canas, pero bien parecido. Había abierto el buzón e introducido algo, pero curiosamente, no le pareció que fuera ninguna carta. Esto despertó su curiosidad, así que se dio media vuelta y cogió la bata, mientras el cartero le dirigía una mirada de misterio, y en cuanto vio que Lucía desaparecía del balcón, se alejó corriendo.

Cuando llegó a la calle, ya no había nadie, ni rastro del cartero, ni siquiera pasaba ningún vecino, perfecto, así no tendría que dar explicaciones. Lo cierto es que últimamente estaba muy descuidada, llevaba el pelo sucio y enmarañado, su cara mostraba todo el cansancio que tenía encima, tanto el físico como el psicológico, y es que llevaba 7 días sin ducharse, que importaba…!

Abrió el buzón y se encontró con multitud de cartas: publicidad, facturas, cartas de sus familiares…nada que a ella pudiera interesarle en aquellos momentos. Pero encima de toda aquella marabunta de papeles y folletos, había algo rojo, lo cogió y al percibir su tacto, se dio cuenta de que no era más que un pétalo de rosa. Qué curioso, se giró y confirmó lo que ya creía recordar, ninguno de sus vecinos tenía ningún rosal, y lo abría recordado, porque eran sus flores favoritas. Algo saltó en su corazón, y cuando la miró más fijamente, se dio cuenta de que llevaba algo escrito.

Venganza (parte 1)

Parte 1
Salía de su casa dispuesta a comerse el mundo, aunque su mirada perdida en la lejanía de un mundo que ya nunca más volvería, pesaba sobre sus ojos.
Con pisada fuerte y decidida recorría las calles del pueblo.
Esa mañana se cruzó con varias personas con las que no deseaba encontrarse pero las saludaba alegremente, como si la calma que tanto ansiaba realmente ocupase su vida.
Uno de esos encuentros fue con la señora Roca. Vieja y arrugada había sido amiga de su padre y su madre, y le debía desde pequeña un saludo afectivo y cariñoso, aunque en el fondo sabía que no era una persona que se mereciese tal reconocimiento. Se paró a hablarle unos segundos:
- Buenos días señora Roca, ¿qué tal se encuentra esta mañana?
- Hay, hola Lucía, cuanto tiempo, pues verás todo va bien, pero me tengo que ir corriendo porque estoy muy atareada con el ajetreo del papeleo de la boda de mi Sergio, y es que ellos están en una nube como podrás comprender… y claro, la que carga con el pato.. es la futura abuela- Y prosiguió su camino sonriendo para sí misma y riéndose del mundo, sin mediar palabra sobre lo ocurrido los días anteriores, lo que se comentaba en todo el pueblo desde ese fatídico día hasta el momento.
Y es que eso era lo que tenía el pueblo: que todo el mundo creía saberlo todo, todo el mundo creía tener el derecho suficiente para hablar de ello y todo el mundo creía estar seguro de saber por que trágico momento estaba pasando Lucía. Aunque claro, como el señor López decía: Lucía acabaría superando el dolor, y volvería a ser feliz…



Cuando llegó a los juzgados ya eran casi las 11, y se había formado una gran cola. Se quedó parada unos minutos y pensó que era lo que debía hacer: ya era la 4ª vez que estaba ante esa puerta, para ella infranqueable, y no se había decido a cruzarla. Aquel día se había decidido a hacerlo, y aquella cola… tardarían horas en atenderla… y eso si podían atenderla, porque el juzgado cerraba a las 2… Las lágrimas asomaron en sus ojos, no podía hacerlo, tenía que irse de allí…

Corrió hacia el río y se sentó contemplando la mañana. Estaba llorando ya como una niña cuando vino a su mente un recuerdo, tomó su bolso y cogió una pequeña libreta y un bolígrafo y comenzó a escribir entre tachones y lágrimas:

"No sé muy bien que estoy haciendo aquí, escribiendo esta carta y esperando como una tonta tu llamada, una mirada, una sonrisa, un beso. Hasta me da miedo dejar la casa sola por si vuelves y crees que no estoy, porque no es cierto, estoy, todos los días espero; estoy por y para ti. El mundo que antes me fascinaba ahora no es más que un impedimento de verte y de ver cumplidos todos mis deseos. Un recuerdo muy lejano de las tardes que pasaba en la playa retratando el infinito de esa marea que siempre habíamos envidiado: yendo y viniendo como si nada importara: viajaba por el mundo entero descubría sitios nuevos gente diferente, la marea es la única que tiene verdadera conciencia de la cantidad de gente que habita el mundo, solías decirme…
Quiero irme escarparme!!! Deseo huir, pero a cada paso encuentro señales de que tu has estado en ese lugar y… no puedo, los recuerdos pueden más que yo, yo no puedo nada, yo no valgo nada si no es contigo!!!
Te necesito tanto a mi lado!!
Sabes? Hoy he tenido un sueño muy extraño, tu estabas en él… recuerdas aquel rinoceronte que aparecía en mis pesadillas, pues de nuevo ha aparecido. Pero estaba vez no eras tu el que debía salvarme y no lo hacías, sino que era yo la que debía salvarte a ti. Estábamos en un puente, y tu te habías teñido el pelo de verde porque era el color de la esperanza y tu tenías esperanza de que Paúl Soria ganase u partido de fútbol playa, jeje. De pronto se hacía de noche y nos poníamos muy nerviosos, se empezaba a mover el suelo y el rinoceronte aparecía. Tú empezabas a correr y me mirabas por momentos, como suplicándome que te salvara. Y te prometo que yo hacía todo lo que podía: colocaba trampas, tiraba de la cola al rinoceronte como tu me enseñaras; pero no conseguía nada, porque tu seguías aterrorizado y el bicho solo te perseguía a ti. No recuerdo cómo acababa el sueño, pero ojalá te hubiese salvado, y hubiese podido abrazarte finalmente…"

Lucía arrancó la hoja y la releyó entre susurros y lamentos, hasta que el viento se la arrebató de las manos. Contemplando como escapaba la carta, sentía latir su pecho a mil por hora, una mezcla de odio, venganza y miedo prendían fuego en su corazón.

El primer ministro irlandés dimitirá en mayo por un caso de corrupción

Gracias hombre! Será un corrupto, pero al menos tiene la dignidad de dimitir. Aún quedan sistemas políticos en los que se reconocen los errores. Digo más, donde se pagan los errores. Y como se tienen que pagar: con el cargo. Si señor. Me quito el sombrero.

"Soy una persona y tengo derecho a tener un hijo"

El transexual embarazado se someterá a una ecografía en una televisión estadounidense

De esta guisa se presenta el/la amigo/amiga que es tan jefe/jefa que después de ponerse prepucio habiendo nacido mujer, ahora se siente más madre que nadie y con la misma se queda embarazado/a. Sí señor, viva la coherencia. Para que te permitan realizar una operación de cambio de sexo es de suponer que has de ser analizado por psicólogos que detecten en ti un grave trauma causado por el hecho de que tu personalidad es absolutamente la de un hombre y has nacido con el cuerpo de una mujer, o viceversa, como el caso que nos aborda. Lanzo una pregunta al aire. ¿Si esta persona (por utilizar un término no ofensivo porque seguro que en el fondo se siente perseguid@ y maltratad@) se sentía un hombre hasta el punto de cambiarse de sexo, que razón humana o quizás de índole sobrenatural lo ha llevado ahora que se le ha concedido el don de la masculinidad a quedarse embarazad@? ¿Alguien conoce a un hombre, que habiendo nacido hombre, y sintiéndose hombre, haya tenido el impulso de quedarse embarazado? ¿Es que nadie se da cuenta, por Dios, de que lo que acaba de hacer este personaje es tan contra natura como que un toro intente amamantar a un cervatillo recién nacido? Pero claro, como estamos en el tiempo de lo políticamente correcto nadie tiene arrestos para salir a la palestra y dejar claro que lo que hace este ente antinatural es lo más normal del mundo. Hay que respetar. Respetarlo todo. En fin. Lo respeto, pero como hay que respetarlo todo, que se me respete a mi por este modesto artículo. Al fin y al cabo, no me implanté vagina, sólo redacté unas líneas, por ahora...

Rflexiones

Hoy he aprendido que una persona sólo tiene derecho a mirar a otra hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.